miércoles, 15 de octubre de 2008

SOY UN ÁRBOL, por Manosaliares

Sí, ahora ya soy un árbol. Pero no siempre fui así. Que va, que va.
Antes de convertirme en este precioso y gran árbol que ahora soy, era una semilla.

Una semilla muy pequeña.

Una semilla que un pajarito llevaba en su pico, pero el pajarito no podía conmigo, así que me caí.
Entre hierbas, piedras y flores me hice un hueco y ahí me quedé.

Gracias al sol y a la lluvia me salieron las raíces, y con ellas pude sujetarme bien a la tierra. Además también empezó a salirme un fino y verde tallo, y unas pequeñas hojas.

Pero con el paso del tiempo mis raíces se hicieron mucho más grandes y fuertes.

Y mi tallo se hizo tan grueso que empezó a llamarse tronco. Además dejó de ser verde y empezó a ser marrón. Y con una corteza muy dura.

Me crecieron unas ramas, y en cada rama unas grandes y verdes hojas. Sobre mis ramas siempre se posan lindos pajaritos, con los que puedo conversar sobre las cosas de la vida.

Pero ahora ya hace mucho viento. Y además empezó el frío. Mis hojas están cambiando de color. Ya no son verdes. Se están volviendo amarillas. Después marrones.

Y se me caen, mis hojas se me caen. No quiero que se caigan, son mías.

Todas ellas se posan sobre la hierba. Parece que forman un gran colchón en el suelo.

Los niños juegan con las hojas del suelo, ríen, gritan, las tiran al aire… son felices.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Fu y Fa por Atenas


Érase una vez dos hormiguitas, Fu y Fa, que vivían bajo un enorme y frondoso árbol que les proporcionaba cobijo.

Allí Fu y Fa dormían, trabajaban, descansaban, reían, jugaban y en definitiva vivían.
Un día se despertaron sin la sombra habitual de su querido árbol y con un estruendo insoportable, sobresaltadas comenzaron a mirar a su alrededor y descubrieron que el árbol, su árbol, estaba siendo talado para construir una carretera.

Comenzaron a correr tropezándose, sin saber muy bien qué hacer ni a donde ir viendo como les quitaban su árbol, su casa.

Muy cerca de donde había estado su árbol plantaron unas bonitas flores, pero que se marchitarían al terminar la primavera. Fu y Fa pensaron que al menos tendrían abrigo hasta que llegase el invierno y se mudaron allí, luego ya pensarían en algo, aquello era lo que tenían más a mano.

Así fue pasando el tiempo hasta que un buen día, una familia detuvo su coche en la carretera a la altura de las flores donde ahora vivían Fu y Fa, entonces algo las sacudió fuertemente. La flor había sido arrancada por una niña.

Fu y Fa estaban asustadas, iban colgando de esa flor sin saber muy bien a donde.
Después de unas horas de viaje en el regazo de esa niña, aterrizaron en un hermoso jardín que esta familia tenía. Allí también había árboles, arbustos, flores, más hormiguitas y una nueva familia para ellas.

Fu y Fa se miraron, se sonrieron y se sintieron afortunadas; sin demora se pusieron a trabajar, y a explorar su nuevo mundo. Al final su destino había sido mejor.

jueves, 4 de septiembre de 2008

EL ZAPATILLERO por Rom Pechelo

Cada día pasaba lo mismo. Cuando se aproximaba la hora de salir de casa, comenzaban las protestas. Dentro de su pequeño mundo, todos los zapatos querían hablar a la vez. El alboroto era tal que casi no se podía saber quien tenía la palabra.

“Nosotras somos las que debemos salir” - decían Las Rosas. “Nadie como nuestras preciosas flores puede alegrar los vestidos.”

“Si es por flores me parece que somos nosotras las que hemos de ir. Sobre nuestro fondo blanco lucimos muchas más flores que vosotras, y además es evidente que hemos sido diseñadas para hacer elegante cualquier vestido.”

Las sandalias blancas con flores habían llegado a mediados de verano. Nadie sabía con exactitud de dónde, aunque se rumoreaba que habían sido un regalo de los abuelos para celebrar una fiesta.

“Vosotros no tenéis ni idea. Ella nos va a elegir a nosotras. No podemos presumir de tanta flor ni de tanta elegancia, pero sin duda, para el verano somos la mejor opción. Además, con el día que está hoy, seguro que al final nos vamos a la playa.”

“Me parece señoras fanequeras que no se han fijado bien. Sí es verdad que hoy hace un buen día, pero a ella le gusta tanto la playa como el parque, y seguro que somos nosotras las zapatillas cerradas las que tenemos más opciones para hoy.”

El rey del zapatero era un pequeño pero robusto zapato de invierno. Ya se había quedado pequeño para el pie de la niña, pero continuaba allí. Vivió su momento de gloria este invierno, cuando fue el único zapato que ella utilizó para salir. Su compañero había desaparecido misteriosamente un alborotado día de lluvia. El zapato de invierno se esforzaba en ordenar todo aquel lío. Se estableció un turno riguroso de palabra para que los zapatos expresasen su opinión. Tenían la palabra unos desgastados tenis, cuando de repente la puerta de la calle se cerró.

Otra vez se ha ido a la calle en zapatillas,………

domingo, 27 de julio de 2008

MALA ESPINA por Silfo

Juana se frotaba los ojos porque el sueño se apoderaba de ella. Ya se había bañado y salpicado con los peces de juguete de varios colores que le habíamos comprado aquel día de verano. Era de esas noches de verano en las que uno ni respira.

Durante el día, habíamos ido al centro comercial y “disfrutado” de las rebajas. “Esa caja grande, me da mala espina”, había pensado Juana de camino a casa.

Los peces le habían encantado. Uno rojo, dos amarillos, tres morados y cuatro verdes. A mí, los que más me gustaban eran los cuatro verdes, pero a Juana le fascinó el grande y rojo.

Al salir del baño siempre le gusta jugar al escondite con la toalla y yo digo: “Mamá, ¿dónde está Juana?”. Mamá responde: “¡Juana,… Juana!” Y después de rebuscar por todas partes, “¡Anda, pero si estás debajo de la toalla!”. Y le da un beso.

El biberón se lo zampó yo diría que de un sorbo, pero eso sería mucho pedirle a Juana. “Con dos años, ella ya es mayor, ¿verdad Juana?” Eso se lo dice siempre el abuelo.

La música comenzaba a sonar, y Juana cerraba los ojos lentamente. El sonido melancólico del osito cantarín la alejaba de este mundo para entrar en el de ensueño, aunque algo sucedía ya que notaba un cosquilleo por los pies, que le subía por las piernas y los brazos. El pelo se le erizaba y tuvo que cerrar los ojos, ya que el aire era muy intenso. “¡Pero qué sucede!” Pensó. “¡Mamáaaaa! ¡Que vuelo…!” Desde el aire se veían los zapatos, los libros y los cojines girando a su alrededor.

Mamá, con delicadeza, bajó la potencia del ventilador. “Esa caja ya me daba mala espina”.

viernes, 11 de julio de 2008

Bases del certamen

1. Los relatos, cuya extensión no podrá sobrepasar las 300 palabras, se enviarán a la siguientes dirección de correo electrónico relatoscortosinfantiles@hotmail.com

2. A medida que se vayan recibiendo los relatos, se publicarán en el presente blog bajo un pseudónimo elegido por el participante. Los autores deberán identificarse con su nombre y apellidos en el correo electrónico en el que envíen su(s) relato(s).

3. La temática de los relatos estará relacionada con "El Verano", y deberá ser adecuada para la lectura infantil. Los relatos podrán estar escritos en cualquiera de las lenguas oficiales del territorio español.

4. El Presidente del Jurado de esta edición y autor e ideador del presente blog se reserva el derecho de admisión y publicación de textos no adecuados al propósito de este certamen.

5. El Jurado de esta edición estará compuesto por los clientes del café-bar "La Historia" (paseo del Calvario en Vigo), que deberán dar su voto al relato que consideren más oportuno.

6. El plazo máximo para enviar los relatos será el domingo 30 de Septiembre de 2008 a las 23.00 horas.

7. La votación de los relatos comenzará a partir de las 09.00 horas del día 01 de Octubre de 2008, y finalizará a las 23.00 del 11 de Octubre de 2008

8. El resultado final del 1er Certamen de Relatos Cortos Infantiles se dará a conocer el 12 de Octubre de 2008 en este mismo Blog y en el café-bar "La Historia"

9. El hecho de participar en este certamen supone la aceptación de estas bases.

10. El Presidente del Jurado se reserva el derecho a modificar, incluir o eliminar sin previo aviso alguno de los puntos si se considera necesario.

Premios

1. El autor del relato ganador de la temporada recibirá un lote de libros infantiles.